Drogadicto se llama a aquel individuo cuyo organismo requiere de cierta sustancia ajena a su cuerpo que altera el funcionamiento del sistema nervioso, que crea adicción, taquifilaxia y cuadros de abstinencia. A estas sustancias las llamamos drogas, aunque gracias a los términos usados en nuestra sociedad, entendemos por droga a las sustancias dañinas que nos producen cierto placer y luego, en un consumo cotidiano, adicción.
El término ha perdido sus antiguos significados de sustancia química (droguería), de fármaco (sustancia química con actividad terapéutica) y de psicotropo (sustancia con actividad farmacológica en el sistema nervioso central).
Los efectos psicotropos de las drogas son complejos y multiformes, variables según los estímulos ambientales. Pueden clasificarse en euforizantes y excitantes (cocaína, anfetaminas, alcohol en su primera fase, nicotina en su segunda fase), relajantes, sedantes y depresores (opiáceos heroína, morfina, benzodiacepinas ansiolíticos, relajantes musculares e hipnóticos, alcohol en su segunda fase, nicotina en su primera fase, barbitúricos, marihuana, inhalantes), y alucinógenos(LSD, peyote, fenciclidina).
Adicción es la necesidad imperiosa de consumir droga regularmente (no ser capaz de moderar el consumo o suprimirlo). Viene determinada por fenómenos psíquicos y físicos.
Taquifilaxia es la necesidad de consumir dosis cada vez mayores para conseguir los mismos efectos. La presentan muchos fármacos porque el organismo potencia sus mecanismos de degradación de la sustancia, pero a las drogas se añade un fenómeno de 'tolerancia' psicológica.
Los cuadros de abstinencia siempre son psicológicos y, en el caso de algunas drogas, son además síndromes físicos que pueden resultar mortales. Pueden controlarse con medidas terapéuticas sintomáticas o substitutivas (sustancias menos nocivas, de efectos parecidos, que se retiran progresivamente).
Hoy encontramos drogadictos en todos los sectores de nuestra sociedad, no se trata de un solo nivel socioeconómico ni sociocultural, sino de una relación mucho más profunda con lo que rodea a cada ser humano.
Más allá del problema de la drogadicción el problema de nuestra sociedad es el ambiente que rodea al tráfico de estas sustancias, al ser drogas ilegales, todo lo que le rodea es un medio ruin y sucio, de delincuentes, aprovechadores y gente enferma. Y por muy oculto que parezca, cada uno de nosotros tiene acceso directo de uno a alguna forma a ser parte de esto.
Un consumidor regular de drogas actualmente no se muere por el efecto que las droga pueda tener en su organismo, sino que por todos los problemas que acarrea el ambiente. La transmisión de enfermedades por agujas de un drogadicto a otro, las enfermedades que pueda llegar a tener por falta de ingerir alimentos, etc. Una persona “metida en drogas” muere por el vicio. Muere por cambiar todo lo que tiene por drogas, muere por el ambiente, muere en la cárcel, etc. Por eso la importancia de ayudar a estas personas.
Un ser humano ya adicto tiene posibilidades mínimas de rehabilitarse, requiere de un esfuerzo psicológico y físico casi inhumano, y dadas las condiciones en nuestro país, de un bolsillo que lo resista. Es por esto que si de cada 20 drogadictos que llegan a un centro de rehabilitación se logra “ayudar” a cuatro de ellos, ya se considera un éxito.
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